Sus trascendentales valores histórico-culturales y la proverbial hospitalidad de su pueblo, de temperamento alegre y bullicioso, constituyen dos de los rasgos que más distinguen a la suroriental provincia de Santiago de Cuba, considerada por su posición geográfica y orígenes étnicos como auténtica capital del Caribe.
A 1514 se remonta la fundación "aledaño a una enorme bahía de bolsa, bien resguardada y rodeada de montañas" de su núcleo urbano original, que en su ulterior proceso de expansión fue ajustándose perfectamente a las condiciones impuestas por el relieve irregular de la zona.
La explotación del oro y el cobre, inicialmente, y el cultivo del café (introducido luego por oleadas de emigrantes franceses) fueron en épocas de la colonia los principales rubros económicos de una ciudad que, asediada por corsarios, piratas y enemigos de la metrópoli española, requirió de intensos trabajos de fortificación, cuyo más alto exponente, el Castillo de San Pedro de la Roca, fue declarado por la UNESCO en 1997 Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Los santiagueros lo identifican sencillamente como el Morro y conocen que junto al Castillo de La Estrella y la batería de La Socapa forman parte del mayor y más completo ejemplo de ingeniería militar renacentista europea aplicada a las condiciones del Caribe por una potencia colonial.
Al amparo de semejantes fortificaciones creció Santiago de Cuba, en cuyo centro histórico mantienen su esplendor valiosos exponentes de la arquitectura colonial "de fuerte tradición andaluza y morisca" sobresaliendo la casa de Diego Velázquez, considerada la más antigua de la Isla, y la Catedral Metropolitana, ambas edificaciones muy cercanas a las dos arterias más populares de esa urbe: las calles Enramada y Padre Pico.
El Parque Céspedes resulta, sin dudas, el corazón de la única Ciudad Héroe de la República de Cuba, escenario el 26 de julio de 1953 del asalto al Cuartel Moncada, acción que señaló el comienzo de la última etapa de lucha por la liberación nacional, y donde reposan, en un impresionante monumento funerario del cementerio de Santa Ifigenia, los restos mortales del Héroe Nacional, José Martí.
Alrededor de 15 museos, entre ellos el Bacardí, primero existente en el país; la paternidad de dos populares y trascendentes géneros musicales: el son y el bolero; una institución del prestigio del Orfeón Santiago; la fidelidad a expresiones artísticas como la contradanza (que se asegura llegó francesa y se hizo cubana), y los mejores carnavales de la Isla, son tesoros culturales que aquí se preservan con celo, pero que también se comparten con gusto con el recién llegado. Porque Santiago es, sobre todas las cosas, un pueblo de gente abierta y cordial.
El apacible Cayo Granma, en medio de la bahía, es otro de los atractivos que va ganando la preferencia de los visitantes habituales de esta ciudad, convertida en importante plaza comercial de la región al organizar anualmente el Encuentro de Hombres de Negocios y la feria EXPOCARIBE, una cita que precede a la Fiesta del Fuego, en la cual luce en todo su esplendor el hermoso crisol de la cultura caribeña.
Más allá de los límites de la ciudad, el visitante puede encontrar numerosos atractivos, entre los cuales el santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba, erigido en 1927, figura entre los más conocidos.
El Paisaje Natural Protegido La Gran Piedra es uno de los sitios de mayor belleza en la provincia. Una enorme roca colocada a más de 1 100 metros sobre el nivel del mar y cuyo peso estimado es de alrededor de 70 000 toneladas, deviene mirador excepcional desde donde disfrutar el espléndido paisaje que ofrece la Sierra Maestra. Por adición, muy cerca de allí se localizan importantes ruinas de asentamientos cafetaleros franco-haitianos y fueron declaradas recientemente Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO .
Un poco más adelante, el Gran Parque Natural Baconao, en la Reserva de la Biosfera de igual nombre, amerita un recorrido por el Prado de las Esculturas, el Valle de la Prehistoria (un verdadero Parque Jurásico caribeño) y el delfinario, o a disfrutar de buena parte de las playas de la provincia, alimentadas por las cálidas aguas del Mar Caribe y protegidas por las elevaciones del más importante sistema montañoso del archipiélago.
Para el buceo existen cuatro zonas delimitadas en 150 kilómetros de costas: Sigua, Daiquiri, Bucanero y Sierra Mar, que en su conjunto totalizan más de 70 puntos de inmersión en los que, además de entre las intactas bellezas naturales de sus fondos marinos, es posible bucear en los restos de barcos hundidos a finales del siglo XIX. El hecho de que cada uno de estos cuatro espacios tenga sus propios atractivos, convierte a Santiago de Cuba en una excelente plaza alternativa para sumergirse en los dominios caribeños de Neptuno.
Quien visita la capital del Caribe tiene, además, la posibilidad de visitar el Parque Nacional Turquino, donde se localizan las alturas más importantes de la Isla: el propio Pico Turquino (1 974 metros), el Pico Cuba (1 872) y el Pico Suecia (1 734); y de conocer un paraje ideal para la práctica del ecoturismo, El Saltón, muy cerca del cual existen también importantes reservas de aguas minero-medicinales apropiadas para tratar las neuralgias, reumatitis, dermatosis, traumatismos, alergias y afecciones respiratorias, entre otras.
|