La mayor de Las Antillas, destino turístico por excelencia en la región del Caribe, impulsa el diseño de programas de descanso que vinculan las actividades propias del ocio con sistemas dirigidos a mejorar las condiciones de salud de los vacacionistas.
Para ese propósito, la isla utiliza sus propios recursos naturales desde hace ya varios años, con resultados avalados de manera científica y que se relejan en la satisfacción de miles de personas.
En Cuba, el turismo se combina con tratamientos dirigidos a mejorar la calidad de vida, para lo cual se incluyen procedimientos como la talasoterapia, apoyado en el hecho de que el país está rodeado de mares.
Esta especialidad se apoya en el empleo simultáneo del medio marino (aire, agua y clima) y otros recursos como lodos, arenas y algas, para fines terapéuticos.
Hidromasajes, duchas especiales, bañeras y otros tratamientos producen efectos térmicos, mecánicos y bioquímicos que colaboran en los tratamientos, para de esa forma integrar propuestas que van más allá del ocio.
En esencia, los expertos destacan que la talasoterapia incluye el uso de diferentes factores climáticos, balneológicos, e hidroterapéuticos relacionados con la estancia a orillas del mar, todo con el objetivo de lograr la recuperación y el restablecimiento de la salud.
Asimismo, destacan sitios como San José del Lago, en la provincia de Sancti Spiritus, el cual constituye una opción para mejorar la calidad de vida gracias a sus aguas termales minero-medicinales y tratamientos de medicina tradicional -acupuntura y digitopuntura-, fangoterapia y consultas de psicología.
Las aguas del lugar se mantienen durante todo el año a una temperatura de 33 grados centígrados, además de tener como características el ser diuréticas y de rápida absorción, circulación y eliminación por el organismo humano.
Mientras, en la más occidental de las provincias cubanas se localiza San Diego de los Baños, de reconocida fama por sus aguas medicinales y gracias al empleo de procedimientos de acupuntura, fangos medicinales, apiterapia y fármacos de origen natural, como parte de técnicas de la medicina tradicional.
Hacia el centro de la isla, en el territorio de Villa Clara, esta el balneario de Elguea, cuyas aguas muestran un elevado contenido de minerales, además de ser sódicas, brómicas y débilmente sulfuradas, con una temperatura promedio de 45 grados Celsius y un caudal que alcanza los 25 litros por segundo.
Su Centro Termal, con un área de mil 300 metros cuadrados, dispone de tres piscinas de aguas medicinales, sauna, gimnasio, baños individuales, salón de belleza, salas de masajes, reposo y para consultas médicas, entre otros servicios.
La institución pone a disposición de los visitantes el acceso a tratamientos de electroterapia, quinesioterapia, fangoterapia, ejercicios corporales aeróbicos, moxibustión, podología, psicorrelajación, hidroterapia, fisioterapia, medicina tradicional y tratamiento facial.
Gracias a esas técnicas médicas, los vacacionistas combinan el descanso con programas especializados de relajación, puesta en forma y contra la obesidad, el estrés, afecciones respiratorias, del aparato circulatorio, osteomioarticulares y neurológicas.
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