El escenario turístico cubano, pleno de opciones tradicionales de sol y playa, naturaleza, aventuras y cultura, suma alternativas con las propuestas gastronómicas de reconocidos centros dedicados a la culinaria.
La capital, con una historia de cinco siglos, cuenta con sitios como El Templete, el cual toma su nombre por la cercanía al monumento que, erigido en 1828, evoca la fundación de la villa de San Cristóbal de La Habana.
El centro disfruta de una privilegiada ubicación, muy cerca del Museo Castillo de La Real Fuerza y de la Plaza de Armas, espacio fundacional de la ciudad.
En ese entorno está además El Patio, sitio emblemático del tradicional arte culinario cubano en la Plaza de la Catedral, corazón del Centro Histórico de La Habana Vieja.
Ubicado en un inmueble del siglo XVIII, el restaurante sorprende por su monumental portada, el amplio soportal, los balcones del piso superior y sus vitrales multicolores.
En la zona oeste de la capital destaca La Ferminia, elegante y conocido espacio con servicio exclusivo en salones privados, Bar y Parrillada situado en una casa de la década del 50 que tiene como emblema un buey a lo alto de la entrada.
También se suma el Restaurante 1830, en un inmueble cuya historia se remonta al siglo XIX, cuando en el lugar se localizaba un restaurante llamado Arana, cuya fama se extendía por la ciudad gracias a las especialidades de la casa: el Arroz con Pollo a la Chorrera y el Bacalao a la Vizcaína.
El auge constructivo de inicios del siglo XX llevó a su conversión en el Hotel La Mar, fabricado de mampostería y tejas, donde un altar servía de punto de conclusión a las procesiones de la Virgen del Carmen que partían de la Iglesia del Carmelo.
Hermosas rejas de la época, vitrales y balcones de maderas preciosas torneadas que recuerdan el neoclásico reciben a los visitantes que apuestan por el sitio para descubrir los más exquisitos platos de la gastronomía cubana e internacional.
Las áreas exteriores se unen por un pequeño acantilado de piedras y caracoles marinos a una isla japonesa denominada Koisima, ideal para actividades y celebraciones privadas, decorada con motivos marinos.
Por su parte, El Club 500 fue originalmente el elitista Vedado Tennis Club, propiedad de la alta aristocracia habanera de 1902 a 1958. Escenario de juegos de béisbol, fútbol y fútbol americano, también lo reconocieron internacionalmente como yacht club, única institución capaz de emular con el ya famoso Habana Yacht Club.
Entre los sitios más reconocidos está la famosa Bodeguita del Medio, la cual consolidó su papel como la casa de comidas local abanderada por excelencia de la nueva era del turismo en el país.
La B del M – como también se le conoce – se encuentra a unos pasos de La Plaza de La Catedral, (Empedrado 207), un sitio sumamente visitado por turistas y entre sus ofertas más conocidas está el Mojito, trago a partir de ron cubano ligero, hierba buena, limón, hielo y azúcar.
La fama de la Bodeguita no sólo está en su comida, sino también en una singular costumbre que lleva a los comensales a estampar sus firmas, frases y fotos en las paredes del establecimiento, como una señal indeleble de su paso por la mayor de Las Antillas y que suman ya varios miles.
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