La capital cubana, convertida en uno de los principales destinos turísticos de la mayor de Las Antillas, dispone de una amplia y variada infraestructura para el ocio, capaz de satisfacer los gustos de los clientes más exigentes.
Colosos de la hotelería cubana se dan la mano con pequeños establecimientos de primera calidad, entre ellos los hostales del centro histórico de La Habana, así como varias instalaciones que aportaron incluso un toque de distinción durante los primeros años del siglo XX.
Entre esos centros figura el Hotel Victoria, caracterizado por su elegancia y tradición en una singular urbe plena de cultura e historia, todo ello acompañado de una arquitectura colonial que encuentra también reflejo en los alojamientos para el turismo.
Situado en la clasificación de Hoteles Gran Caribe Classic, el Victoria ostenta una categoría de cuatro estrellas y constituye además una opción muy demandada para viajes de negocios e incentivos, circuitos turísticos, bodas y lunas de miel.
Construido en 1928, fue reconocido inicialmente con el nombre de Hotel Vedado, para posteriormente asumir su denominación actual, con una oferta de 31 habitaciones, 28 de ellas dobles y tres suites junior, con facilidades de comunicación, minibar, televisión vía satélite y caja de seguridad.
Al igual que otras instalaciones de esa clase, como el Sevilla y el Inglaterra, su historia de mas de siete décadas cuenta con el aval de numerosas personalidades que lo escogieron para hospedarse durante su estancia en la isla.
En esa relación se destaca el premio Nobel de Literatura Juan Ramón Jiménez, quien durante tres años vivió con su esposa en ese alojamiento.
Los directivos y empresarios que arriban a Cuba con propósitos de negocios encuentran en el centro un sitio ideal, marcado por la discreción y su privilegiada ubicación en la barriada capitalina del Vedado, con posibilidades de acceder con facilidad a importantes instituciones estatales.
En esa dirección, el Victoria incorpora una amplia gama de servicios profesionales vinculados con la actividad comercial, entre los cuales figuran espacios de oficinas, alquiler de ordenadores personales, interpretes y guías de negocios, así como traducciones técnicas y preparación de documentos, entre otras opciones.
Las instalaciones del hotel cuentan con la capacidad de apoyar la realización de reuniones y conferencias, en una labor que incluye desde el apoyo logístico hasta las funciones de relaciones publicas, elaboración de textos e impresión de documentos.
Asimismo, la gastronomía complementa las ofertas de la instalación, con un menú donde destaca la Langosta Victoria, plato que identifica al centro, al igual que el postre conocido como pudín María, acompañados de los mejores vinos de las bodegas de América y Europa.
Tras una jornada de agotador trabajo, los ejecutivos encuentran en la intimidad de este clásico de la hotelería cubana las facilidades necesarias para el descanso, ya sea en el silencio de las habitaciones o en el acogedor Bar Lobby, con la más amplia coctelería internacional.
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