El Hotel Plaza, localizado en el entorno del centro histórico de la capital cubana, se beneficia de una experiencia de mas de 90 años de vida, muchos de ellos vinculado a las tradiciones de la industria del ocio en la mayor de Las Antillas.
El establecimiento surgió en enero de 1909, en la antigua mansión de los condes de Casa Pedroso, para convertirse así en la tercera edificación de su tipo en el entorno del céntrico Parque Central de La Habana.
Entre los mayores atractivos del hotel figura su ubicación frente a una de las esquinas del Parque Central, próximo al Gran Teatro de La Habana, sede de importantes presentaciones del ballet y la ópera en la isla.
En sus alrededores se localizan además el Capitolio, hoy sede de la Academia de Ciencias de Cuba, el antiguo Palacio Presidencial, el Museo de Bellas Artes y la Iglesia del Angel, esta última de llamativa arquitectura.
Convertido durante años en una de las plazas fuertes de la hotelería cubana, fue sometido en 1985 a una reparación capital para adquirir las facilidades que ofrece a sus huéspedes en 188 habitaciones, donde armonizan un moderno mobiliario con piezas antiguas y obras de pintores cubanos.
Una corona dorada con las iniciales del Plaza recibe a los futuros moradores en la puerta principal, la cual da paso a un amplio salón con un piso de pequeños mosaicos franceses trabajados de forma manual.
Un patio interior rodeado de vitrales de vivos colores constituye un atractivo imposible de evitar, más aun si está acompañado de una hermosa fuente donde una escultura con figura de mujer -realizada en mármol de Carrara- observa en silencio a los visitantes que se aventuran a traspasar el umbral del Plaza.
Sin embargo, la fama del hotel radica en la historia de sus huéspedes en poco más de 90 años de existencia, donde destacan las creencias populares que aseguran la presencia en los largos corredores del espíritu de Isadora Duncan, una de las figuras cumbres de la danza mundial, quien vivió en una ocasión en el Plaza.
La relación de ilustres incluye también a la bailarina rusa Ana Pavlova, quien en dos ocasiones -1915 y 1917- disfrutó de estancias en las habitaciones del centro.
Asimismo, en los salones del hotel jugó su primer torneo el cubano José Raúl Capablanca, campeón mundial de ajedrez y gloria del deporte en la isla.
Las anécdotas señalan además que en uno de sus cuartos vivió durante un invierno el famoso investigador Albert Einstein, cuando fue homenajeado por la Academia de Ciencias Físicas y Naturales y la Sociedad Geográfica de Cuba.
Los espectáculos musicales en el Roof Garden del hotel contaron con la participación de figuras como Moisés Simons, autor de la internacionalmente conocida canción El Manisero, y de Paulina Alvarez, considerada por la crítica especializada como la Emperatriz del Danzonete.
En la actualidad, políticos y líderes de comunidades iberoamericanas apuestan por el Plaza para su estancia, al disfrutar de un entorno donde lo antiguo y lo moderno van de la mano para garantizar a los visitantes buen gusto y exclusividad.
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