La Mayor de Las Antillas, destino turístico por excelencia en la región del Caribe, incluye entre las opciones más novedosas para el ocio aquellas relacionadas con la riqueza natural y las actividades náuticas.
Conocido tradicionalmente por sus ofertas de sol y playa, el archipiélago cubano tiene para el buceo más de 70 mil kilómetros de la plataforma insular, con unos cinco mil kilómetros de costas, bañadas a su vez por el Océano Atlántico y el Mar Caribe.
Asimismo, cerca de seis mil 500 variedades de peces, crustáceos, esponjas y moluscos, acompañados de numerosas especies de corales, convierten a la isla en uno de los ecosistemas submarinos mejor conservados de la región.
Tres decenas de centros especializados en buceo operan en todo el territorio del país caribeño, con facilidades para cursos de iniciación e inmersiones en barreras coralinas y cavernas, todo ello bajo los parámetros exigidos a nivel internacional en esa actividad.
El inmersionismo cuenta además a su favor una temperatura promedio de las aguas superior a los 24 grados, unido a una visibilidad horizontal que en muchas ocasiones se coloca por encima de los 30 metros.
La segunda barrera coralina más extensa del planeta, ubicada a lo largo de unos 400 kilómetros paralela a los cayos Sabinal, Guajaba, Romano y Cruz, se acerca las costas cubanas en la zona de Santa Lucía, con un mundo fascinante donde conviven hasta 200 especies de esponjas, 500 de peces y hasta los restos de 27 navíos hundidos.
Las condiciones del clima en el país caribeño, rodeado de cálidas aguas, favorecen el buceo como complemento del turismo tradicional, colocando además en las manos de los visitantes bellezas imposibles de conocer sin sumergirse en las profundidades.
También están los programas de observación de aves, con más de 350 especies presentes en las islas y cayos que conforman el país y destaque para las marinas y de regiones boscosas, marcadas además por un alto grado de endemismo.
La ubicación geográfica del archipiélago cubano, llamado antaño la llave del golfo, lo convierte en una ruta obligada para las aves migratorias que viajan largas distancias, en busca de alimentos y refugio seguro desde América del Norte hacia el Sur y en su itinerario de regreso.
La nación caribeña cuenta además entre las aves con el singular pájaro mosca o zunzuncito, clasificado como la más pequeña del mundo y conocido por la posición horizontal que adopta al libar el néctar de las flores, con una longitud que apenas alcanza los 60 milímetros y localizado solo en los bosques aislados.
Otra de las especies características de Cuba, atractiva por sus vistosos colores, es la cotorra, presente en zonas como la Ciénaga de Zapata, la Isla de la Juventud y en el macizo montañoso de Guamuhaya, en el centro del país.
Con un origen que se remonta a miles de años, la peculiar ave tiene la virtud de imitar la voz humana y aprender algunas palabras, además de ser fácil de domesticar.
Decenas de sitios a lo largo y ancho del país brindan la posibilidad a los vacacionistas para apreciar en todo su esplendor los más hermosos ejemplares de la avifauna cubana, tanto aquellos que son propios del país como los miles que arriban cada año en la época de migraciones.
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