La capital cubana, rica en tradiciones, muestras arquitectónicas, cultura y clima caribeño, encierra además el atractivo de numerosas instalaciones dedicadas al turismo y estrechamente vinculadas al entorno, tal y como figura el Hotel Habana Riviera.
El centro se beneficia de una ubicación privilegiada a las puertas del Malecón Habanero, avenida que rodea al mar hasta la propia entrada de la Bahía de La Habana, convertida además en sitio de esparcimiento, paseo e ideal para los románticos.
Propiedad del grupo hotelero Gran Caribe -uno de los líderes de la marca Premium de los establecimientos de esa cadena-, el Habana Riviera avala su gestión con la experiencia de más de cuatro décadas servicio de la industria del ocio en la Mayor de Las Antillas.
La tradición del buen servicio y la presencia de la cultura constituyen un elemento que distingue a la mencionada instalación en la hotelería cubana de todos los tiempos.
Las 350 habitaciones del hotel, con todas las facilidades necesarias para el descanso y muchas de ellas con el atractivo adicional que ofrece la vista al mar Caribe, están siempre listas para recibir a aquellos visitantes que apuesten por una estancia en el establecimiento.
Vecino de un coloso del turismo cubano -el Hotel Meliá Cohiba-, el Habana Riviera sirve de complemento al ocio con ofertas que incluyen el legendario cabaret Copa Room, ideal para compartir en la intimidad acompañado de la buena música de la isla.
Asimismo, los servicios incluyen las facilidades del Bar Elegante, el restaurante L'Aiglon y la terraza Mirador Habana, a lo cual se suman las credenciales que ostenta para la organización de eventos, reuniones y celebraciones de diversos tipos.
Casi en la cúspide del inmueble, en el llamado piso ejecutivo y mirador, el Salón Dirube muestra todas las condiciones que se necesitan para el éxito de negocios, juntas directivas y citas en general de hasta 20 personas.
Oficinas para directivos, medios audiovisuales, servicios de fax, correo electrónico y acceso a Internet, fotocopia de documentos y enlaces telefónicos se mezclan para conformar una propuesta única con destino a ese segmento tan importante como es el turismo de negocios.
Según la magnitud del evento, el hotel puede disponer además del Salón Gelabert, localizado en el cuarto piso y que puede acoger hasta 70 personas, con todas las facilidades técnicas que requiere esa actividad.
Por último, el antiguo casino del centro, convertido en el salón Internacional, brinda a los clientes uno de los servicios de mayor demanda en la actualidad, con capacidad para recibir a un máximo de 300 invitados.
Ceremonias de bodas, banquetes, cumpleaños, cócteles diversos, lanzamiento de productos y citas profesionales figuran en la relación de actividades que acoge el citado local, de fácil acceso por ubicarse contiguo al lobby.
Con esa amplia gama de programas, diseñados para todos los gustos, el Riviera gana espacio en el grupo élite de la hotelería cubana, siempre listo para entregar lo mejor con vistas a satisfacer la demanda de una clientela cada vez más selecta e interesada en el producto turístico de la isla.
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