El archipiélago cubano, pleno de tesoros naturales para el turismo, sustenta sus propuestas de ocio con historias vinculadas a las tradiciones de cada lugar en específico como elemento de atracción para los visitantes.
Las leyendas también están presentes como es el caso de Cayo Las Brujas –en la zona central de la isla-, cuyo nombre esta vinculado a las historias de fantasmas, ruidos y apariciones que circulaban entre los pobladores, aunque otras narraciones las asocian con los encuentros amorosos entre un pescador y una joven de la localidad.
Precisamente, en ese islote destaca la villa de igual nombre, ubicada en Punta Periquillo junto a una amplia franja de arena de casi dos kilómetros de playa y edificada sobre pilotes en las altas rocas de un acantilado.
El centro ofrece facilidades de alojamiento en 24 habitaciones, como parte de un complejo insertado en la naturaleza virgen que ofrece varios servicios turísticos y cabañas bien equipadas.
La existencia de Marina Gaviota Las Brujas y un centro de buceo con instructores certificados hacen de este destino un lugar perfecto para la práctica de deportes náuticos incluidos la pesca y el buceo.
En efecto, los arrecifes coralinos acogen grandes cardúmenes de especies marinas como sábalos, jureles, chernas y barracudas que proporcionan un atractivo especial para los buzos y amantes de la pesca deportiva.
Muy cerca se localiza un aeropuerto con facilidades para acoger aviones de pequeño y mediano porte, lo cual permite el acceso de los vacacionistas al lugar.
También se puede acceder mediante una carretera construida sobre una base de rocas depositada sobre el fondo marino.
Con una longitud de 48 kilómetros desde las cercanías del pueblo de Caibarién hasta Cayo Santa María, dispone de 46 puentes diseñados para mantener el flujo normal de las aguas y fauna marina y no provocar daños a los ecosistemas marinos y terrestre.
De esa forma, la vía es considerada una obra de ingeniería significativa pues mereció el Premio Puente de Alcántara a la Mejor Obra Civil Iberoamericana.
En el conjunto de Las Brujas, Cayo Santa Maria y Ensenachos existen condiciones para servir de refugio a la flora y fauna, pues se encuentra en exclusiva la especie conocida como jutía rata, además de otras variedades endémicas como lagartos, moluscos y el pájaro arriero.
La diversidad animal se complementa con una flora que incluye 248 especies, de las cuales 91 son medicinales, 72 maderables, 41 melíferas y 40 ornamentales, todo ello acompañado de hermosos paisajes subacuáticos.
Un sistema de canales se convierte en un verdadero laberinto acuático entre los cayos, a la vez que ofrece un enorme potencial para los programas de turismo de contemplación y la actividad náutica.
Otras de las singularidades de la región esta en el barco San Pascual, encallado en las cercanías de Cayo Francés desde hace casi 70 años y convertido en una rareza naval al estar hecho de hormigón armado y botado al agua en 1920 en los astilleros de San Francisco, California.
Conocido también por los habitantes como El Pontón, muchos lo consideran como un islote más, aunque en la actualidad ofrece a los vacacionistas las facilidades de sus 10 camarotes y una posición envidiable para apreciar los atractivos de la región.
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