La mayor de Las Antillas, espacio por excelencia para el ocio gracias a la diversidad de su naturaleza, historia y cultura, se erige en una de las plazas más dinámicas para la actividad turística en el Caribe.
Apoyada en una ubicación estratégica en el Caribe, la isla dispone de decenas de kilómetros de excelentes playas, con aguas transparentes y arenas finas.
En ese propio escenario se insertan las propuestas náuticas, entre ellas el inmersionismo, para lo cual la isla dispone de más de 70 mil kilómetros de la plataforma insular cubana y costas bañadas a su vez por el Océano Atlántico y el Mar Caribe.
Asimismo, cerca de seis mil 500 variedades de peces, crustáceos, esponjas y moluscos, acompañados de hasta 850 kilómetros de barreras coralinas en perfecto estado, convierten a la nación en uno de los ecosistemas submarinos mejor conservados de la región.
Tres decenas de centros especializados en buceo operan en todo el territorio del país caribeño, con facilidades para cursos de iniciación e inmersiones en barreras coralinas y cavernas, todo ello bajo los parámetros exigidos a nivel internacional en esa actividad.
Unido a ello esta el turismo de naturaleza, respaldado por una fauna que cuenta con unas 16 mil 500 especies descritas y donde algunos grupos zoológicos muestran un endemismo superior al 90 por ciento.
Para ese propósito la flora autóctona registra más de seis mil 300 variedades, en un panorama multicolor y de las más diversas formas.
Reservas naturales, de la biosfera, paisajes naturales, parques nacionales y áreas protegidas conforman una extensa red de ofertas, marcada por su riqueza, excelente conservación y características únicas que la distinguen en la región.
Uno de los sitios exclusivos está en el oriente cubano, donde se localiza Cayo Saetía a la entrada de la Bahía de Nipe, considerado el mayor coto de caza del país y con amplia existencia de las más variadas especies.
Por otra parte, el sector cubano de ocio cuenta con la infraestructura necesaria para convertir los periodos de vacaciones en un mecanismo eficaz con vistas a mejorar la salud de los propios visitantes.
Para ello, el archipiélago cubano tiene el respaldo de miles de profesionales, equipamiento de última tecnología y decenas de centros especializados, unido a programas de medicina tradicional y natural.
Las opciones tradicionales de turismo se complementan con una infraestructura hotelera que aporta capacidades de alojamiento, gastronómicas y de actividades extrahoteleras.
Además de establecimientos de bien ganada fama como el Nacional de Cuba y los que operan bajo contrato de administración de cadenas extranjeras, destacan instalaciones situadas en destinos sujetos a programas de desarrollo.
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