El archipiélago cubano, importante destino turístico en el Caribe, cuenta a su favor con una amplia gama de atractivos naturales, históricos y culturales al alcance de vacacionistas procedentes de todo el mundo.
Decenas de kilómetros de excelentes playas, con aguas transparentes y arenas finas, se combinan con una naturaleza exuberante y en perfecto estado de conservación para la práctica de opciones de ocio con un marcado carácter ecológico.
Asimismo, reservas naturales, de la biosfera, paisajes, parques nacionales y áreas protegidas conforman una extensa red de ofertas, marcada por su riqueza, excelente conservación y características únicas que la distinguen en la región.
También como factor de incentivo está el deporte, con numerosas competencias y torneos, nacionales e internacionales, de las más diversas disciplinas.
Conocida en el planeta por el béisbol, la fuerza del boxeo e individualidades en modalidades como el atletismo, la lucha, judo y voleibol, la isla acoge cada año a miles de visitantes que acuden solo por su amor a la práctica de la actividad física.
Disciplinas como el paracaidismo y el buceo encuentran espacio vinculadas a diversos polos turísticos, lo cual contribuye a fortalecer la interrelación de esa actividad con el ocio.
Tres decenas de centros especializados en inmersionismo operan en todo el territorio del país caribeño, con facilidades para cursos de iniciación y buceo en barreras coralinas y cavernas, todo ello bajo los parámetros exigidos a nivel internacional en esa actividad.
Asimismo, están las celebraciones de ferias y eventos especializados del más amplio espectro, lo cual responde a la demanda del segmento de hombres de negocios que exploran las opciones en el país caribeño.
Cuba complementa además la belleza de sus costas y su exuberante naturaleza con la riqueza de su cultura y tradiciones, componente esencial del producto turístico de la isla.
Fusiones de razas y costumbres, en un proceso de varios siglos, dieron lugar a una cultura única que muestra rasgos africanos, aborígenes, chinos, franceses y por supuesto españoles, todo en una especie de mezcla inigualable y de enorme riqueza a la vez.
Ciudades con abundantes exponentes de la arquitectura colonial – en perfecto estado de conservación –, hoteles vinculados a la actividad de la plástica, sitios patrimoniales y un amplio calendario de celebraciones y festividades conforman la oferta para la industria turística del país.
La naturaleza también apunta a las profundidades, pues más del 60 por ciento del territorio de Cuba está formado por rocas calcáreas, lo que unido a la gran influencia de los periodos glaciales y al clima ha proporcionado que en el territorio se hayan formado las mayores cavernas de la región.
Las opciones tradicionales de turismo se complementan con una infraestructura que aporta capacidades de alojamiento, gastronómicas y de actividades extrahoteleras.
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