El archipiélago cubano, con una ubicación geográfica envidiable en la región del Caribe, encierra en sus límites una gran diversidad de opciones recreativas para los miles de vacacionistas que apuestan cada año por la mayor de Las Antillas.
Las cálidas aguas que rodean a la isla ponen a disposición de los visitantes las posibilidades de disfrutar de actividades náuticas que acompañan a los tradicionales baños de mar.
Asimismo, el buceo tiene a su disposición más de 70 mil kilómetros de la plataforma insular cubana, con unos cinco mil kilómetros de costas, bañadas a su vez por el Océano Atlántico y el Mar Caribe.
Cerca de seis mil 500 variedades de peces, crustáceos, esponjas y moluscos, acompañados de numerosas especies de corales, convierten a la isla en uno de los ecosistemas submarinos mejor conservados de la región.
Tres decenas de centros especializados en buceo operan en todo el territorio del país caribeño, con facilidades para cursos de iniciación e inmersiones en barreras coralinas y cavernas, todo ello bajo los parámetros exigidos a nivel internacional en esa actividad.
Asimismo, están las celebraciones de ferias y eventos especializados del más amplio espectro, lo cual responde a la demanda del segmento de hombres de negocios que exploran las opciones en el país caribeño.
Cuba complementa además la belleza de sus costas y su exuberante naturaleza con la riqueza de su cultura y tradiciones, componente esencial del producto turístico de la isla.
Ciudades con abundantes exponentes de la arquitectura colonial – en perfecto estado de conservación –, hoteles vinculados a la actividad de la plástica, sitios patrimoniales y un amplio calendario de celebraciones y festividades conforman la oferta para la industria turística del país.
Uno de los sitios de primer orden en el panorama cubano radica precisamente en su capital, con un complejo sistema de fortalezas – integrado por nueve grandes construcciones – que representa uno de los conjuntos más relevantes de su tipo en Hispanoamérica.
Asimismo, el centro histórico de La Habana, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, acoge a más de 100 edificaciones cuyo origen se remonta a los siglos XVI y XVII, mientras otras 200 van hasta el XVIII.
Para el centro de la isla, los mayores atractivos de índole histórico se localizan en la provincia de Sancti Spiritus, única en el archipiélago que cuenta con dos de las primeras siete villas fundadas a inicios del siglo XVI por el Adelantado español Diego Velázquez, bajo el nombre del Espíritu Santo y la de la Santísima Trinidad.
Sin embargo, el segundo centro histórico en dimensiones del país está en Camagüey – antigua Santa María del Puerto del Príncipe –, también llamada la ciudad de los tinajones por la abundancia de esos enormes recipientes de barro cocido, utilizados para la conservación de agua.
A su vez, Santiago de Cuba atesora recuerdos de más de 480 años, con un sistema defensivo que es considerado como el mayor exponente de la ingeniería militar renacentista europea en el Caribe, integrado por el Castillo de San Pedro de La Roca, el de la Estrella y la batería de la Socapa.
Todo ello encuentra el respaldo de más de 260 instalaciones y museos en todo el país, que recogen innumerables aspectos de la historia cubana, atentos para ofrecer el conocimiento necesario de las más diversas esferas a los vacacionistas que buscan algo más que descanso, sol y playa en la isla.
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