La mayor de las Antillas, uno de los destinos turísticos de más dinámica expansión en la región del Caribe, combina entre sus propuestas para el ocio decenas de excelentes playas, una riqueza cultural inigualable y un amplio calendario de celebraciones. Tradicional destino de sol y playas, Cuba complementa además la belleza de sus costas y su exuberante naturaleza con la riqueza de su cultura y tradiciones, componente esencial del producto turístico de la isla.
Fusiones de razas y costumbres, en un proceso de varios siglos, dieron lugar a una cultura única que muestra rasgos africanos, aborígenes, chinos, franceses y por supuesto españoles, todo en una especie de mezcla inigualable y de enorme riqueza a la vez.
Ciudades con abundantes exponentes de la arquitectura colonial – en perfecto estado de conservación –, hoteles vinculados a la actividad de la plástica, sitios patrimoniales y un amplio calendario de celebraciones y festividades conforman la oferta para la industria turística del país.
Tal es el caso de las fiestas del Carnaval de La Habana, las cuales constituyen una de más viejas tradiciones del país y que tienen sus raíces en siglos pasados durante las celebraciones del día del Corpus Christi y la Epifanía, cuando los negros esclavos organizaban danzas y marchas colectivas.
Para aquellos que por primera vez se tropiezan con estas fiestas, la unión de elementos como el intenso calor, danzas tradicionales y ritmos criollos – en muchos casos acompañados del tambor y el agudo sonido de la corneta china – les crea un sentido de pertenencia que los llama a repetir la experiencia.
En cada territorio el carnaval tiene sus elementos característicos, ya sean los de la oriental ciudad de Santiago de Cuba, las populares parrandas de Remedios o el correspondiente a la capital de la isla.
La combinación de culturas en Cuba impuso una mayor diversidad danzaria y rítmica, el uso de disfraces y otros elementos distintivos que convierten a esas celebraciones en espectáculos de gran atractivo.
Mientras, la vida nocturna tiene sus máximos exponentes en sitios como los cabarets Tropicana – localizados en Ciudad de La Habana, Varadero y Santiago de Cuba – o en instalaciones que recrean el ambiente de los años 50.
Por su parte, la opción de sol y playas en la industria turística cubana cuenta con sitios de fama mundial que acogen cada año a una buena parte de los visitantes que acuden a la nación caribeña.
La privilegiada ubicación geográfica de la isla, en una zona de aguas transparentes y cálidas, unido a la existencia de extensas franjas de arena, constituyen un atractivo al cual resulta difícil resistirse cuando se arriba al país.
El mundialmente famoso balneario de Varadero, localizado en la occidental provincia cubana de Matanzas, es para muchos la excelencia de las playas en el archipiélago, a pesar de la competencia que le ofrecen los islotes del destino conocido como Jardines del Rey.
Dos decenas de kilómetros de excelentes playas, vinculadas con atractivos naturales como las cuevas, cayos vírgenes y transparentes aguas se complementan con una amplia infraestructura capaz de satisfacer los gustos más exigentes.
Los fondos marinos de Varadero poseen más de 40 tipos de corales, diversidad de peces, langostas, camarones, cangrejos, tortugas y más de 70 tipos de moluscos.
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