El archipiélago cubano, plaza fuerte para el ocio en la región del Caribe, se apoya en un enorme potencial que destaca por las riquezas naturales una ubicación geográfica envidiable, con decenas de kilómetros de excelentes playas para deleite de los vacacionistas.
Las cálidas aguas que rodean a la isla, el clima tropical y espacios en las costas apenas tocados por la mano del hombre se mezclan para conformar propuestas que se complementan con la sostenida expansión de la infraestructura hotelera y recreativa.
Unido a ello, están las opciones que van más allá de las tradicionales de sol y playa, entre las cuales destaca la modalidad de turismo de salud con un sistema en condiciones de responder a los clientes más exigentes en cuanto a restablecimiento físico y mental se refiere.
Propuestas únicas para enfrentar enfermedades como la retinosis pigmentaria y un completo esquema de vacunación con productos desarrollados por centros cubanos de investigación están también a disposición de los visitantes.
Tratamientos para regular el peso corporal, combatir el estrés, el envejecimiento y la realización de habituales chequeos médicos forman parte de la amplia gama de servicios que reciben los interesados.
Asimismo, destacan las propuestas de inmersionismo, para la cual están disponibles más de 70 mil kilómetros de la plataforma insular cubana, con unos cinco mil kilómetros de costas, bañadas a su vez por el Océano Atlántico y el Mar Caribe.
Cerca de seis mil 500 variedades de peces, crustáceos, esponjas y moluscos, acompañados de hasta 850 kilómetros de barreras coralinas en perfecto estado, convierten a la isla en uno de los ecosistemas submarinos mejor conservados de la región.
A todo lo anterior se añaden varios centenares de navíos hundidos desde la época de la colonia hasta nuestros días, como consecuencia del papel jugado por Cuba en las travesías de las flotas desde el Caribe hacia el viejo continente.
En el marco de la riqueza cultural de la isla, los festejos populares también se insertan en el amplio calendario de ofertas para el turismo, con especial peso para los tradicionales carnavales de verano en la capital y el oriente cubano, cuyo origen se remonta a la época de la colonia.
En esa línea resaltan las parrandas de Remedios – con una historia de casi 180 años – y de Bejucal (La Habana), eventos que involucran a la totalidad de la población residente en las mencionadas localidades.
Cuba dispone además de unas 120 galerías de arte, tiendas de antigüedades y salones de artes plásticas, unido a casi 260 museos de las más variadas manifestaciones, así como más de 80 teatros de múltiples usos.
El descanso está acompañado también de innumerables opciones culinarias que representan aquellos elementos incorporados a las tradiciones propias del país.
A los platos característicos de la cocina criolla se añaden variantes llegadas del viejo continente, como son las de la comida española, francesa o italiana.
Asimismo, desde Asia y el Medio Oriente están presentes sugerencias aportadas por la gastronomía china, japonesa, coreana, árabe e hindú, por solo mencionar algunas de las que pueden encontrarse en restaurantes y cafeterías del país.
Por ello, bien vale afirmar que el atractivo ofrecido por los espacios de playa en la mayor de Las Antillas se enfrenta en sana competencia con un amplio espectro de propuestas de ocio para todos los gustos.
|
|
|