La industria cubana del ocio, en franca expansión gracias a la existencia en la isla de atractivos únicos tradicionales de sol y playa, complementa sus propuestas con opciones de cultura, historia y tradiciones presentes por doquier.
Decenas de kilómetros de excelentes sitios para disfrutar de las cálidas aguas del mar, arenas blancas y una naturaleza virgen encuentran en la propia sociedad los elementos para diseñar una oferta dirigida a los clientes más exigentes.
Fusiones de razas y costumbres, en un proceso de varios siglos, dieron lugar a una cultura única que muestra rasgos africanos, aborígenes, chinos, franceses y por supuesto españoles, todo en una especie de mezcla inigualable y de enorme riqueza a la vez.
En ese propio patrimonio cultural, forjado durante largos años, se encuentra un motivo más de peso para aquellos miles de visitantes que apuestan cada año por el país caribeño en su descanso.
Ciudades con abundantes exponentes de la arquitectura colonial -en perfecto estado de conservación-, hoteles vinculados a la actividad de la plástica, sitios patrimoniales y un amplio calendario de celebraciones y festividades conforman la oferta para la industria turística del país.
La vida nocturna tiene sus máximos exponentes en sitios como los cabarets Tropicana -localizados en Ciudad de La Habana, Varadero y Santiago de Cuba- o en instalaciones que recrean el ambiente de los años 50.
El ocio encuentra además espacio en los festejos populares, los cuales se insertan en el amplio calendario de ofertas para el turismo, con especial peso para los tradicionales carnavales en la capital y el oriente cubano, cuyo origen se remonta a la época de la colonia.
En esa línea destacan asimismo las parrandas de Remedios -con una historia centenaria- y de Bejucal (La Habana), eventos que involucran a la totalidad de la población residente en las mencionadas localidades.
Cuba dispone además de unas 120 galerías de arte, tiendas de antigüedades y salones de artes plásticas, unido a casi 260 museos de las más variadas manifestaciones, así como más de 80 teatros de múltiples usos.
El calendario cultural de la isla incluye numerosos encuentros, talleres, festivales, congresos y cursos especializados, diseñados para todos los gustos y en las más diversas manifestaciones artísticas.
En esa relación destacan las citas anuales de Academias para la enseñanza de Ballet, los festivales La Huella de España, Boleros de Oro, Cubadisco, la Fiesta de la Cultura Iberoamericana y el internacional Jazz Plaza, así como la esperada Fiesta del Fuego, vínculo por excelencia con el Caribe y con sede tradicional en el oriente de la isla.
Todo ello invita a los vacacionistas a compartir un quehacer cultural y de tradiciones que se enriquece cada año, a la vez que brinda autenticidad, rigor profesional y franqueza.
Las diversas opciones que ofrece la cultura cubana, apoyada en su riqueza e historia, la convierten además en pieza clave del producto turístico de la mayor de Las Antillas y uno de los principales atractivos de esa industria en la actualidad.
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