El fenómeno de la esclavitud, vinculado de manera estrecha con la época de la colonia, dejó también su huella en la mayor de Las Antillas ante la necesidad de traer al país mano de obra barata para la explotación.
Fuentes especializadas sitúan en más de un millón 300 mil la cifra de esclavos que ingresaron a la isla, procedentes de diversas zonas del llamado continente negro.
Por supuesto, con ellos llegaron exponentes de la cultura y religiosidad de etnias como lucumí, carabalí, congo, ganga y mina, entre otras.
La operación, realizada durante años, dejó un impresionante saldo de víctimas, unido a la herencia de hechos que marcaron las ocasiones en que los propios esclavos se rebelaban contra sus amos ante la dureza de los castigos.
Muchos de los recuerdos de esa época están repartidos por doquier en la isla, donde existen instituciones que incluyen entre sus valores elementos de la mencionada etapa.
El Museo de Limonar, localizado en el municipio de igual nombre en la occidental provincia cubana de Matanzas, está situado en la antigua escuela La Encarnación y constituye uno de esos centros.
La referida construcción fue erigida en 1890 por la Sociedad Económica de Amigos del País, con los bienes que donara Don Basilio Martínez y González para la edificación de un centro educacional.
En su composición, la institución tiene una Sala donde se realizan las Exposiciones Transitorias y Muestras del Mes, además de contar con otros cuatro locales dedicados a las actividades de carácter permanente.
Entre ellas destaca la sala de arqueología, donde se conservan varias piezas de concha, piedra y núcleo de silex, todas con carácter utilitario, empleadas por los aborígenes.
Mientras, en la de Historia General se aprecia la presencia de los pobladores del lugar en diferentes etapas históricas, documentos referentes a las Guerras de Independencia, armas de oficiales del ejército libertador, piezas del Ayuntamiento y del Movimiento Obrero Henequenero.
La Sala de Desarrollo Económico, que abarca los siglos XIX y principios del XX, muestra parte del desarrollo económico alcanzado por el municipio.
Precisamente, en ella se conservan exponentes relacionados con el desarrollo azucarero y esclavista, el cual tuvo un gran auge en el territorio del actual municipio.
En especial, resaltan elementos represivos utilizados contra los esclavos, grilletes de mano, de pie y cuello, encontrados en el Ingenio Triunvirato, y esposas de hierro halladas en el Ingenio La Paz.
Además, pueden observarse instrumentos de trabajo utilizados por los esclavos en la limpia de los campos y en diferentes labores del ingenio, entre ellos guatacas, piochas y ganchos de izaje.
También del Triunvirato se guardan en la institución piezas que recuerdan la etapa de la colonia, entre ellas billetes, candados, pestillos, bisagras y llaves pertenecientes al ingenio, donde se localiza el Monumento a la Rebelión de los Esclavos.
La referida fábrica de azúcar surgió en el siglo XIX, periodo en el cual se activaron numerosas instalaciones de ese tipo en la zona de la occidental provincia de Matanzas.
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