La actividad turística en Cuba, elemento esencial en la recuperación de la economía nacional, se beneficia de la influencia que ejerce un sistema de salud dirigido a la excelencia y surgido tras décadas de investigaciones y experiencias.
En la mayor de Las Antillas, el turismo se combina con tratamientos dirigidos a mejorar la calidad de vida, para lo cual se incluyen procedimientos como la talasoterapia, apoyado en el hecho de que el país está rodeado de mares.
Esta especialidad se apoya en el empleo simultáneo del medio marino (aire, agua y clima) y otros recursos como lodos, arenas y algas, para fines terapéuticos.
Hidromasajes, duchas especiales, bañeras y otros tratamientos producen efectos térmicos, mecánicos y bioquímicos que colaboran en los tratamientos, para de esa forma integrar propuestas que van más allá del ocio.
En esencia, los expertos destacan que la talasoterapia incluye el uso de diferentes factores climáticos, balneológicos, e hidroterapéuticos relacionados con la estancia a orillas del mar, todo con el objetivo de lograr la recuperación y el restablecimiento de la salud.
De esa manera, la variedad y belleza de las playas cubanas aporta también amplias posibilidades terapéuticas, con una combinación única del movimiento de las aguas, temperatura, sales disueltas e incluso la flora bacteriana de los mares.
Mediante ese método, los expertos logran soluciones a padecimientos respiratorias y cardiovasculares, afecciones osteomioarticulares, dermatológicas, infecciosas, metabólicas y reumáticas, entre otras.
Los baños de mar son beneficiosos en las fases de remisión de numerosos procesos patológicos, secuelas de traumatismos e intervenciones quirúrgicas del aparato locomotor, afecciones ortopédicas, procesos reumáticos crónicos y de poliomielitis, entre otras enfermedades.
Para los especialistas, el clima marino tiene efectos estimulantes gracias a su luminosidad y las sustancias disueltas en las aguas, además de ser a la vez sedante por la temperatura y humedad.
El prestigio y la experiencia acumulados por el sistema de salud cubano son los que llevan cada año a miles de personas a viajar a la mayor de las Antillas en busca de los distintos programas médicos curativos y preventivos, en muchos casos combinados con las bondades del clima y la naturaleza.
Además de las clínicas internacionales, farmacias, ópticas y entidades especializadas en el mejoramiento de la calidad de vida establecidos en los principales destinos turísticos del país, Cuba pone a disposición de los visitantes una amplia infraestructura.
Más de 280 hospitales, cuatro centenares de policlínicas, 116 centros estomatológicos y unos mil 500 establecimientos diversos se integran en una extensa red lista para responder a los más complejos requerimientos de la salud humana.
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