La región del Caribe mexicano, con su atractivo natural e histórico único para el ocio, dispone además de numerosos sitios en perfecto estado de conservación que brindan sus atractivos para conformar una oferta turística difícil de superar.
En esa categoría los expertos incluyen a la Isla Holbox, localizada a unos 10 kilómetros de la costa norte de la Península de Yucatán y con apenas 42 kilómetros de extensión.
La ínsula tiene el nombre de Holbox de una frase que en el lenguaje maya significa "hoyo negro", en alusión al hecho de que el agua de la laguna en la parte sur de ese territorio tiene un color oscuro.
Separada de tierra firme por la laguna Yalahao, la isla tiene entre sus tesoros más preciados a un ojo de agua que nace en las orillas entre los manglares, considerado además como un lugar mágico por los habitantes debido a su historia.
Según la leyenda, el nacimiento de agua fue originalmente de vital importancia para los pescadores mayas, hasta la época en que un rey de esa civilización convirtió el lugar en un sitio privado de esparcimiento, donde edificó incluso una piscina real decorada con jade en el fondo.
El mencionado centro de descanso fue destruido por los españoles, los cuales se apoderaron del jade y los restantes materiales se emplearon en la construcción de un templo.
La isla ofrece todo lo necesario a sus visitantes para que tengan unas vacaciones relajantes, con pequeños restaurantes donde se ofertan platos a base de especies marinas como el caracol, pulpo y la exquisita langosta.
Respecto al alojamiento, varias posadas disponen de cuartos para pasar la noche, mientras que el hotel Puerto Holbox ofrece amplias habitaciones con todos los servicios y vista al mar, destinadas a quienes prefieren las facilidades de la modernidad a la hora del descanso.
La excursión a Holbox tiene como ingrediente especial una visita a Isla Pájaros, localizada en las aguas de la laguna Yalahao y con apenas 500 metros de diámetro, considerada además como un santuario de aves.
Entre las especies más populares se incluyen el pájaro fragata, la Ibis blanca, gacela blanca, cormorán de doble cresta, gacela roja, espátula rosado, pelicanos blancos, pelicanos grises, garzas, y por supuesto flamencos rosados.
De estos últimos, unos 40 mil visitan el lugar de abril a octubre para alimentarse, después de lo cual emigran hacia Brasil con el propósito de pasar la temporada invernal.
La casa de las hamacas es la más antigua de Holbox, convertida en lugar tradicional donde las mujeres de reúnen para tejer esos artículos de múltiples colores, en un reflejo de las peculiaridades de la artesanía en la zona.
Un taller de mandolinas también aporta un toque singular al mencionado territorio, con una escasa población vinculada a la pesca y la artesanía, todo ello en un lugar que es considerado como uno de los secretos mejor guardados del Caribe mexicano.
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