La capital cubana, con una historia acumulada de casi cinco siglos, cuenta con instituciones emblemáticas para la industria del ocio que recogen una parte importante de las tradiciones en la mayor de Las Antillas.
Una de esas entidades es el Hotel Inglaterra, inaugurado el 23 de diciembre de 1875 y que honró con su nombre a la principal potencia del mundo en aquella época, además de figurar como una de las mejores instalaciones del orbe tras ser sometido a una reconstrucción en 1886.
La edificación, localizada en una importante zona de la llamada Habana Vieja, es de estilo neoclásico, con elementos que le dan un toque de originalidad como son los mosaicos alicantinos y verjas traídas especialmente de Sevilla, España.
Techos e interiores muestran una profusión de adornos característicos de la arquitectura mudéjar, con vitrales, símbolos heráldicos e incluso una escultura de bronce de la bailarina española Carmen de Bizet, obra del Marqués de Perrinat.
En convivencia con el Gran Teatro de La Habana y el Payret, el Paseo del Prado y el Capitolio Nacional, el Hotel Inglaterra sufrió una de sus reconstrucciones más importantes en 1901, cuando recibió los beneficios de la luz eléctrica, teléfono y cuarto de baño en cada habitación, unido al enlace telegráfico con el resto del mundo.
Una cuarta planta habitacional y el portal marquesina se le incorporaron en 1914, fruto del apogeo económico que generó en los Estados Unidos la primera guerra mundial.
Las más recientes reformas datan de 1989, cuando experimenta una reparación capital que lo llevo a responder a las exigencias del turismo moderno, manteniendo el estilo arquitectónico que lo convirtió ocho años antes de esa fecha en Monumento Nacional debido a su alto valor patrimonial.
A lo largo de su historia, sus aposentos acogieron a figuras ilustres de la historia cubana, como fue el caso del general Antonio Maceo -uno de los caudillos de la gesta independentista en la isla-, quien recibió la visita de Juan Gualberto Gómez.
Asimismo, el 4 de abril de 1879 José Martí pronunció en el Hotel Inglaterra su famoso discurso en homenaje al periodista Manuel Márquez Sterling.
Las habitaciones del centro, privadas de la locuacidad que proporciona el habla, recibieron entre sus paredes a una larga relación de personalidades de la época, muchas de ellas vinculadas al mundo del arte por su cercanía con importantes teatros capitalinos.
Entre esas figuras se cuentan las actrices Sara Bernhardt, María Félix, Rachel y María Guerrero, la famosa bailarina Anna Pavlova, los poetas Rubén Darío y Julián del Casal, así como los cantantes Enrico Caruso, Imperio Argentina y José Mujica.
La dramaturgia estuvo representada por los famosos Federico García Lorca y Jacinto Benavente, a los cuales se suman exponentes del deporte a nivel mundial como fueron José Raúl Capablanca, monarca del orbe de ajedrez, y Ramón Font.
Completan la historia del hotel el torero Luis Mazzantini y ya el nuestros días el religioso brasileño Frei Betto, uno de los creadores de la llamada "teología de la liberación".
En la actualidad, el decano de los hoteles habaneros pone a disposición de los visitantes sus 83 habitaciones con todos los servicios, acompañadas de una oferta gastronómica variada con el atractivo del restaurante El Colonial y su carta menú característica para cada estación del año.
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