La Habana, principal destino turístico de la mayor de Las Antillas, apuesta fuerte por la cultura en el cierre del año, con opciones únicas que combinan el séptimo arte y diversos géneros de la música.
Diciembre, mes de tradiciones, fiestas y recuerdos en la isla caribeña, es también el plazo fijado desde hace mas de dos décadas para el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, consolidado ya como una de las ofertas más atractivas de esa industria en el subcontinente.
Decenas de salas en la capital y hacia el interior del país acogen las novedades cinematográficas del año elaboradas en América Latina, además de presentaciones del cine europeo y de otras procedencias, como alternativa para el desarrollo del séptimo arte en la región.
Prestigiosas figuras de esa manifestación artística acuden también a las jornadas de proyecciones, conferencias, seminarios e intercambios, cuyo punto culminante esta en la entrega de los tradicionales premios corales a las diversas categorías en concurso.
Habitualmente, el Festival convoca a los concursos de cine, video, guiones inéditos y carteles cinematográficos, con un jurado internacional para cada caso que se encargara de definir a los triunfadores.
Diez días de intensa actividad se reflejan en secciones dedicadas a las producciones recientes, nuevos directores, el cine en Cuba, retrospectivas de realizadores, presentaciones especiales y seminarios.
Sin embargo, los verdaderos ganadores en ese panorama son los miles de visitantes que acuden cada año a disfrutar de una oferta fílmica única, mezclados con la población de la isla, amante del cine.
Con carácter bienal, La Habana acoge también en diciembre al Festival Internacional de Jazz, dedicado en exclusiva a ese género musical y que cuenta en la isla con el maestro Chucho Valdés, uno de sus exponentes más relevantes a nivel mundial.
Cada edición del evento reviste características únicas, aportadas por una verdadera constelación de estrellas internaciones de esa modalidad, las cuales acuden a la isla con el propósito de fomentar el intercambio, o simplemente improvisar una inigualable descarga musical.
Incluso, la centenaria ciudad tiene en La Zorra y el Cuervo a su mas autentico Club de Jazz, en el cual los amantes del género disponen de presentaciones de primeras figuras, agrupaciones y solistas.
Decenas de instituciones, salas de cine, galerías, museos y bibliotecas se entrelazan para completar una extensa red dedicada a la atención de cubanos y visitantes foráneos, con ofertas capaces de satisfacer los gustos más exigentes.
Con ese complemento, la industria del ocio en La Habana muestra una vez mas que el turismo va mas allá de una simple opción de sol y playa, en especial cuando se realiza en un país con una enorme riqueza cultural y que tiene espacio para todas las manifestaciones, desde la más antigua hasta la más actual.
|
|
|