A la más occidental de las provincias cubanas, Pinar del Río, le hubieran bastado sólo dos de sus múltiples atributos para atraer la atención del recién llegado a la Isla: el Paisaje Cultural de la Humanidad Valle de Viñales y el hecho de cosecharse en tierras de Vueltabajo el mejor tabaco del mundo.
Como Nueva Filipinas fue inscripta a mediados de la década de 1770 esta porción del territorio cubano, que ya para 1778 adoptó su nombre actual (correspondiente al de su pueblo más antiguo) y donde único existen dos Reservas de la Biosfera dentro de los límites provinciales: las de la Sierra del Rosario y la Península de Guanahacabibes.
Este grupo montañoso y la Sierra de los Órganos conforman la extensa Cordillera de Guaniguanico, que concentra la más notable riqueza paisajística y biológica de la región y tiene en el Pan de Guajaibón (699 metros sobre el nivel del mar) la montaña más empinada de todo el occidente de la mayor de las Antillas.
Ocupando un área de 132 km2 en la Sierra de los Órganos, el Parque Nacional Valle de Viñales destaca por la existencia de impresionantes montañas de laderas verticales y cimas redondeadas cubiertas por abundante vegetación conocidas como mogotes. Particularmente interesantes resultan, además, la gran cantidad de cuevas existentes en su entorno, que le adjudican un gran atractivo desde el punto de vista espeleológico.
La Cueva del Indio, atravesada por el río San Juan (navegable), y la de Juan Miguel, ambas en las proximidades, y el sistema cavernario de Santo Tomás, con más de 45 kilómetros de galerías enterradas en la cercana Sierra de Quemados, constituyen sitios de indiscutible valor en un espacio natural concebido, al parecer, para la realización de caminatas por senderos ecoturísticos.
Una de las rutas verdes que mayor interés despierta entre los visitantes es la de los Acuáticos, que conduce desde la Sierra del Infierno (donde habita una comunidad campesina que rinde culto al agua, atribuyéndole propiedades curativas) hasta el Valle de Dos Hermanas, donde se disfruta de una enorme pintura realizada sobre la pared de un mogote y bautizada como el Mural de la Prehistoria.
En el extremo occidental de la provincia se encuentra la Reserva de la Biosfera Península de Guanahacabibes, incipientemente explotada con fines turísticos, en cuyos límites existen dos reservas naturales: El Veral y Cabo Corrientes, y un centro internacional de buceo, María la Gorda, con casi 40 puntos de inmersión y una abundante colonia de coral negro en sus fondos. Quienes gustan de esta actividad tienen en Cayo Levisa, y en particular en un sitio identificado como La Corona de San Carlos, otro lugar con todas las condiciones para su práctica.
El faro de Roncalli en el cabo de San Antonio, virtualmente a las puertas de la península de Yucatán; espacios para la caza y la pesca; y un reconocido balneario minero medicinal en San Diego de los Baños, representan otras posibilidades de esparcimiento en Pinar del Río, provincia donde todo visitante se siente obligado a conocer las extensas plantaciones del mejor tabaco del mundo y degustar un licor único que se produce allí de manera artesanal: la Guayabita del Pinar.
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