Al municipio especial Isla de la Juventud, la mayor entre las más de 600 ínsulas que conforman el sureño Archipiélago de los Canarreos, muchos suelen llamarla "la isla de los mil nombres".
Camarcó la nombraban los aborígenes cuando en su segundo viaje al Nuevo Mundo fue descubierta, el 13 de junio de 1494, por el almirante genovés Cristóbal Colón, quien entonces la bautizó como La Evangelista. Isla del Tesoro o Isla de las Cotorras, fueron nombres con los que también se le conoció antes que a principios del siglo XIX España decidiera colonizarla, dando origen a la colonia Reina Amalia cuya capital, Nueva Gerona, fue fundada el 17 de diciembre de 1830.
Bajo dominio peninsular comenzó a llamársele Isla de los Deportados, pues precisamente allí cumplían condena quienes se oponían al dictado de la metrópolis, y posteriormente Isla de Pinos, nombre con el cual llegó al año 1975 cuando se resolvió denominarla Isla de la Juventud.
Distante a poco más de 100 kilómetros al sur de Batabanó, en la provincia de La Habana, esta enorme isla de forma caprichosa y unos 2 200 km2 de superficie "lo que la convierte en la segunda en extensión del archipiélago cubano" fue durante más de tres siglos sitio de obligado recalo para cuanto pirata o corsario surcara las aguas del Mar Caribe.
Amenazada por Inglaterra, solicitada en compra por Bélgica y disputada por los Estados Unidos de Norteamérica, sirvió también de asentamiento a colonias de japoneses y caymaneros, estos últimos llegados entre 1903 y 1910 al suroccidente del territorio, donde fundaron la villa de Jacksonville.
Numerosos atractivos turísticos atesora la Isla de la Juventud, aunque sin dudas el más conocido de todos es el centro internacional de buceo El Colony, localizado en áreas del parque nacional marino Punta Francés, sede tradicional de los encuentros internacionales de fotografía submarina, Photosub, lo cual testimonia la excelente calidad de sus fondos marinos.
La cueva número 1 de Punta del Este, considerada por los expertos como la Capilla Sixtina del arte rupestre caribeño al conservar en sus paredes más de 200 pictografías aborígenes, resulta un lugar de mucho atractivo para quien resuelve viajar a esta isla, que tiene en el cultivo de cítricos, sus reservas de mármol de primera calidad y la producción de cerámica artística y utilitaria, tres ejes económicos fundamentales.
En su porción nororiental la playa de Bibijagua, de llamativas arenas negras, constituye un sitio de mucho interés cerca del cual se encuentran dos importantes museos: el Presidio Modelo, una penitenciaría única de su tipo en América y en la cual guardó prisión el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro; y la finca El Abra, declarada Monumento Nacional y muy ligada a la vida del Apóstol cubano, José Martí.
Originario de esta tierra es el Sucu-Sucu, contagioso ritmo musical que ha llegado también hasta Cayo Largo del Sur para animar la primera isla todo incluido del Caribe. Este paradisíaco islote cuenta con un aeropuerto internacional y tiene 24 kilómetros de playas, de las cuales Sirena resulta su principal atractivo.
La posibilidad de practicar la fotografía submarina, la pesca, o el buceo en más de 30 sitios de inmersión; realizar recorridos turísticos con observación de aves a través de sus grandes áreas de manglares, o visitar los cercanos Cayo Iguana, Cayo Rico o Cayo Rosario, todos excelentemente conservados y de una belleza y privacidad sin paralelos, complementan la oferta de este destino que, como la Isla de la Juventud, resalta los valores turísticos del Archipiélago de los Canarreos.
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