Los atractivos patrimoniales del centro de Cuba, con especial énfasis en Trinidad, encuentran su complemento en propuestas vinculadas con la naturaleza y los balnearios.
En esa dirección, la zona de la península de Ancón (con las playas Ancón y María Aguilar) está considerada entre las mejores del archipiélago cubano y se vincula a la estrategia del desarrollo turístico sostenible.
Unido a ello, está su ubicación ideal a solo 12 kilómetros de Trinidad, para aportar así un espacio de descanso a quienes llegan a la referida localidad patrimonial.
También llamada la Ciudad Museo de Cuba, tiene el privilegio de ser una de las localidades coloniales del país y califica además entre los conjuntos arquitectónicos más completos y conservados del continente americano.
Entre los inmuebles de mayor relevancia esta el Palacio del Conde Brunet, sede del Museo Romántico, y cuyo primer propietario estuvo también vinculado con la construcción de un teatro que llevó su nombre y la puesta en marcha de un ferrocarril entre la urbe y el puerto de Casilda.
Amplias y frescas mansiones de los siglos XVIII y XIX –en las cuales predominan las balaustradas, las barandas y rejas admirablemente trabajadas en metal y los techos de tejas criollas– destacan en el entorno de la villa.
La leyenda atribuye el nombre de Ancón a una roca negra en Punta María Aguilar, la cual sirvió como punto de referencia para los navegantes.
Debido a que se asemejaba a la pierna de un caballo, fue apodada Ancona (pierna trasera), y en ella se pueden observar atardeceres únicos en la isla.
De manera adicional, tres decenas de sitios de buceo se localizan en la zona gracias a una inigualable barrera coralina, además de una flora y fauna autóctonas del lugar.
Ancón es una reserva arqueológica, pues en ella yacen infinidades de barcos, goletas y galeones, resultado de los contantes asaltos de corsarios y piratas en la época de la colonización.
Como atractivo, se brindan cursos de iniciación en el buceo para facilitarle la posibilidad de practicarlo a quien no tiene ninguna noción de este deporte.
Su cercanía al macizo montañoso del Escambray permite a los visitantes el disfrute de la combinación del mar y las alturas, con opciones para el inmersionismo gracias a sus fondos marinos, de escarpado relieve y notables concentraciones de coral negro.
Las atracciones se extienden a la Marina, la cual ofrece a los turistas paseos por el área y organiza excursiones de pesca en zonas cercanas a Cayo Blanco, con acceso desde el puerto de Casilda.
Este complejo también brinda un puerto seguro a embarcaciones en puestos de amarre que tienen servicio de agua, electricidad, combustible y otras comodidades.
El pueblo La Boca, próximo a Playa Ancón, cuenta con numerosas casas de alquiler pertenecientes al sector privado, lo cual complementa los servicios hoteleros en la zona.
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