La región oriental cubana, plena de atractivos vinculados con la naturaleza, tiene espacios de especial significación como la playa Marea del Portillo, indómito paraíso entre el Mar Caribe y la Sierra Maestra, en la provincia Granma.
La zona, al decir de los expertos, está considerada como uno de los lugares más apartados e inexplorados de Cuba y cuenta con una fuerte plaza de turismo ambiental.
La característica única de ese sitio está en sus arenas finas y pardas, además de encontrarse en una ensenada protegida por las elevaciones de la Sierra Maestra, rodeada de cocoteros y palmeras.
En ese entorno, destaca su proximidad al Parque Nacional Desembarco del Granma, declarado por la UNESCO sitio Natural Patrimonio de la Humanidad, y al Parque Nacional Turquino con la mayor elevación de Cuba.
La primera de las instalaciones constituye, de conjunto con el sistema de Maisí, también en el oriente del país, el mayor y más conservado exponente mundial de los sistemas de terrazas marinas (emergidas y sumergidas) sobre rocas calcáreas.
De esa forma, se considera uno de los lugares más notables del archipiélago cubano, tanto por los valores naturales, como por haber sido escenario de relevantes acontecimientos de la vida histórico-cultural de la mayor de Las Antillas.
En el Parque Nacional Desembarco del Granma, prácticamente todo el sistema de terrazas presenta un estado totalmente natural, ya que las condiciones extremas de relieve, clima, y biota, impiden su accesibilidad y utilización por el hombre y por otras especies.
Además, existen en esta zona decenas de sitios arqueológicos, como el del Guafe, conformado por un conjunto de cuevas ceremoniales y funerarias, y una extensa zona habitacional en la cual se hallan siete ídolos, entre ellos esculpida la deidad antillana Atabeira, en la Cueva del Agua.
Del período colonial se conserva el Faro “Vargas” (Cabo Cruz), que se comenzó a construir en 1859 bajo la dirección del Cuerpo de Ingenieros Civiles de Obras Públicas.
Entre las opciones para los visitantes están los paseos a caballo, caminatas por senderos ecológicos que llevan a los saltos de agua de los ríos Cilantro y Las Yaguas, recorridos en lancha, visitas a los cayos vecinos y hasta la posibilidad de practicar deportes náuticos.
Una de las ofertas más tentadoras es que desde allí se puede bucear por una preciosa barrera coralina muy cercana y organizar excursiones hasta dos hundimientos, realmente sensacionales, que yacen en aguas de Santiago de Cuba.
Uno de ellos el barco Colón, el más importante de la Flota del Almirante Cervera, está incluido entre los 17 sitios para la práctica del inmersionismo a los cuales se puede acceder desde el Centro Internacional de Buceo Albacora.
Asimismo, a solo 500 metros de la playa se localiza Cayo Blanco, un pequeño islote considerado por los vacacionistas como el lugar ideal para los románticos, unido a fondos marinos de carácter excepcional.
Las facilidades hoteleras en la zona acogen a quienes prefieren el recogimiento y la privacidad de estos remotos parajes, lo cual se completa con una red extrahotelera de gastronomía y centros nocturnos.
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