El territorio de la Isla de la Juventud, ubicado un centenar de kilómetros al sur de La Habana, destaca en el escenario turístico por sus opciones de naturaleza, playas e inmersionismo, acompañado de diversas denominaciones recibidas durante siglos.
Descubierta por el almirante Cristóbal Colón cuando cumplimentaba su segundo viaje a la región, fue bautizada en esa ocasión con el nombre de San Juan Evangelista.
Su capital, Nueva Gerona, fue fundada en 1830 bajo el nombre de colonia Reina Amalia en honor a la entonces esposa del rey Fernando VII y presenta una preservada arquitectura ecléctica, marcada por singulares detalles del neoclásico.
Además, Isla de las Cotorras y del Tesoro figuran entre sus primeras designaciones, en una epoca donde desde el siglo XVI y hasta el XVIII la ínsula sirvió de refugio a varias tripulaciones de piratas y corsarios
Mientras, para los aborígenes, era simplemente Siguanea, y la denominación de Isla de Pinos fue la más duradera, con un origen que se remonta a los bosques de pinos de la especie Caribbean que cubrían la región.
Declarado zona protegida por los elementos naturales y arqueológicos que encierra, posee espesos bosques tropicales donde se localizan iguanas de gran tamaño, jutías, palomas rabiche y puercos cimarrones, entre otras especies de animales conservados en su entorno natural.
Asimismo, en el extremo suroccidental de la isla, a 122 kilómetros de Nueva Gerona, se localiza en un área de cuatro mil hectáreas el Parque Nacional Marino Punta Francés, con uno de los ecosistemas costeros mejor conservados del país.
Precisamente, en el área de esa región se ubica la zona de buceo vinculada al Hotel El Colony, con un tramo de costa de seis kilómetros de extensión -localizado entre Punta Pedestales y Punta Francés- que muestra un entorno marino único.
Para los amantes de las actividades subacuáticas están listos 56 sitios de inmersión, varios de ellos con importantes colonias de corales, gorgonias y esponjas, además de la existencia de cuevas, pasadizos y túneles.
Los expertos destacan en especial la belleza espectacular de puntos de inmersión con los nombres de Pared de Coral Negro, Túnel del Amor, Cueva Azul, El Pasaje Escondido, Cueva de los Sábalos, Piedra de Coral, EL Salto, Ancla del Pirata, Paraíso de las Levisas y Pequeño Reino.
Los visitantes se sienten atraídos también por la zona donde se encuentran sumergidas las naves de carga Jibacoa y la militar Esparta, convertidas en alojamiento para una amplia gama de corales de colores, algas, esponjas y crustáceos.
Asimismo, el sitio de Los Indios se caracteriza por la existencia de paredes verticales y mogotes coralinos, mientras que la zona Fuera de Límite muestra al arrecife que crece desde la propia costa y luego cae hasta 15 metros.
Colonias chinas, japonesas y americanas se suman a los atractivos ofrecidos por la playa Bibijagua, famosa por sus arenas negras debido a la acción erosiva del mar sobre las rocas de mármol, muy abundantes en la ínsula.
En el plano histórico, los amantes de las tradiciones disponen del museo Finca El Abra, declarado Monumento Nacional, que recoge aspectos de la estancia del Héroe Nacional José Martí en el lugar, así como algunos de sus objetos personales.
En igual condición está el tristemente célebre Presidio Modelo, instalación única de su tipo en América Latina, que recoge las características del sistema carcelario desde la década de los años 20 hasta la etapa revolucionaria.
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