La mayor de Las Antillas, plena de opciones para el descanso y la recreación, incorpora a la isla grande los atractivos de decenas de cayos que conforman el archipiélago cubano.
El interés de los visitantes por nuevas ofertas de ocio llevó a dirigir la mirada hacia destinos como Cayo Largo del Sur, en el extremo oriental del Archipiélago de Los Canarreos, con una superficie de 37 kilómetros cuadrados.
Su denominación responde a la forma alargada que ostenta, con una historia que revela además como en 1494 sirvió de punto de recorrido para el almirante Cristóbal Colón en su segundo viaje a Cuba.
El territorio se ubica a 135 kilómetros de Nueva Gerona (Isla de la Juventud) y 125 kilómetros de Cienfuegos, con vecinos únicos como Cayo Rico, Cayo Cantiles, Cayo Iguana, todos de inigualable belleza natural.
Para el turismo, cuenta con 24 kilómetros de excelentes playas cubanas, blancas y finas arenas, lo cual evita su calentamiento excesivo.
Ese último beneficio está dado por el origen químico de las arenas, que además constituyen un terreno ideal para la recreación al aire libre y la práctica de los deportes náuticos.
La amplia relación de zonas de playas incluye a la llamada Sirena, considerada como la más hermosa de aguas más tranquilas, con una ubicación que la protege de vientos y oleajes.
La mayor extensión corresponde a Playa Blanca, unido a la pequeña y acogedora Lindamar, con la peculiaridad de estar situada en una zona de la costa en forma de concha y enmarcada por rocas blancas.
Playa Luna -de aguas tranquilas y arenas que descienden en una pendiente submarina-, Tortugas y Playa Cocos, esta última llamada así por los arboles de esa especie que le aportan sombra, se integran al inigualable entorno de Cayo Largo.
Por supuesto, instalaciones hoteleras de primera línea acogen a los visitantes, entre ellas el Sol Club Cayo Largo, con habitaciones climatizadas y facilidades de deportes náuticos y playa.
Se suman también el Sol Pelícano, de unas 300 habitaciones y el Isla del Sur, este último el decano de las instalaciones del mencionado destino, además de villas como Lindamar, Soledad y Coral.
En la isla también funciona la Granja de las Tortugas, la cual es parte de los programas de conservación y protección natural de los recursos naturales.
De esa forma, tres clases de tortugas marinas (verde, caguama y carey) eligen las playas de Cayo Largo para desovar cada año y en ese establecimiento se ocupan de poner los huevos a resguardo de los turistas y proteger las crías hasta devolverlas a su hábitat natural.
Completan la oferta de ocio de Cayo Largo del Sur los servicios de marinas y centros de buceo, habilitados para el disfrute de los inigualables fondos marinos que rodean al paradisíaco destino turístico.
El atractivo del lugar se resalta también con la conservación de su entorno natural, donde destacan barreras coralinas que llaman al inmersionismo.
El islote fue además testigo de la actividad de corsarios y piratas, con señales evidentes en restos de viejas embarcaciones en sus fondos marinos.
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